viernes, 5 de abril de 2013

Alejandro Dolina


Refutación de los viajes

Perdidos en Parque Chas es la crónica de una frustada noche de garufa.
Mandeb y sus amigos fueron invitados a un baile en la calle Bucarest.
Desdeñando las advertencias de los hombres sabios, se internaron en el barrio sin salida.
Y ya se sabe lo que ocurre en Parque Chas: uno se pierde irremediablemente. Vale la Pena transcribir una líneas.
"A eso de las doce, llegamos a la misma cigarrería. Ya era la quinta vez.
Como en las otras ocasiones, interrogamos al viejo que atendía.
Sus indicaciones fueron nuevamente distintas. Loco de furor, salté sobre el mostrador y comencé a estrangularlo.
-Viejo mentiroso... ¿cuál es la calle Bucarest? ¿Cómo se sale de este infierno?
-El anciano acabó por confesar que no lo sabía. Muy compungido, admitió que él mismo había desembocado en Parque Chas en 1939. No habiendo podido salir de allí, se resignó a instalar un quiosco, gracias al cual sobrevivía, aunque abrigaba el secreto anhelo de volver a Villa Crespo, barrio del que nunca debió salir."
Este capítulo finaliza con la providencial intervención de un taximetrero, quien si bien no acertó a llevarlos a la calle Bucarest, por lo menos los sacó -después de varias horas- a la Avenida de los Incas. 


de Crónicas del Angel Gris, (Editorial Colihue - 1996).